Muchos de estos accidentes sobrevienen por descuidos o distracciones e imprudencias, la mayoría evitables.

 

Las mujeres son el grupo por género que mayor incidencia de este tipo de riesgo, y los niños y personas de avanzada edad son los más vulnerables.

 

En general, la mayoría de los accidentes domésticos no revisten gravedad,  pero un buena número de ellos sí tienen consecuencias graves, incluso de muerte y secuelas de cierta importancia: un 3,4% de las personas que sufrieron accidentes necesitaron ser hospitalizadas y con una media de duración del ingreso de más de 10 días.

 

En cuanto al día de la semana que más accidentes se producen son los lunes por la mañana, debido a la falta de coordinación del cuerpo que aún no ha recuperado los patrones de sueño.

 

Las estancias más peligrosas son, por este orden: la cocina, el baño (bañarse implica más riesgos que ducharse), la sala de estar y los dormitorios. 

 

Y es que aunque consideremos que nuestro hogar es un baluarte para protegernos de los riesgos y agresiones del mundo exterior, lo cierto es que no está exento de peligros y amenazas que debemos tener en consideración.

 

Las contusiones, las fracturas y otras heridas originadas por caídas, choques o golpes, los cortes y las quemaduras son las lesiones de mayor incidencia.